07 enero 2013

Terror en la tramoya capt.2

Si no recuerdo mal, el vídeo ya fue colgado por aquí. Este segundo episodio complementa el mensaje de advertencia que conlleva a una situación de denuncia pública para mostrarnos el terreno que se pisa. Aunque la “acción” transcurre en México, aventuras “similares” nos traen el recuerdo de viejos litigios ya que podíamos verlas hasta hace no muchos años, en cierta medida, también en nuestro territorio. ¿Cómo se corrige la desregularización del mercado? ...¡buff!...el cliente ha de implicarse, ser muy exigente y adquirir mayores grados de compromiso. Rechazar los proyectos que se ofrecen “llave en mano”, dejarse asesorar por consultorías de trayectoria reconocida e independencia demostrada. Hacer cumplir con unos estándares de calidad conforme a diferentes normas (DIN, UNE, BGV) y las que establece la propia industria (ESTA, USITT). Hay que redactar una memoria descriptiva del alcance de obra a realizar, explicitar por escrito las especificaciones técnicas constructivas, establecer cláusulas penalizadoras por incumplimientos, efectuar control y seguimiento para comprobar que el proyecto se desarrolla conforme a lo adjudicado en licitación, cumplimiento de las condiciones (pruebas, chequeos, formación, documentación…)de recepción de obra plasmadas en el contrato. Y al final de todo ello, cuando quedes satisfecho, liquidar el pago. ¡Nunca antes! De lo que yo conozco por estos lares, se que hubo un tiempo en el que quien realizaba la consultoría, quien redactaba el proyecto técnico (ad hoc), al final, luego terminaba ejecutando la obra. Es sabido que en los temas de deontología profesional ni las sentencias judiciales suelen terminar por satisfacer a las partes involucradas ni colocar a cada uno en su sitio. Hagamos que funcione el boca a boca.

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