El teatro es un espacio de pública concurrencia en el que conciliar seguridad y funcionalidad en ocasiones genera conflictos, que deben resolverse satisfaciendo cuando se puede, a ambas partes.
Si consigues que prevalezca la seguridad redundando irremediablemente en una merma de operatividad, no te quepan dudas que serás considerado como un obstaculizador de la creatividad artística. El director de la compañía teatral, si es influyente moverá los hilos en instancias superiores para imponer su criterio artístico subjetivo, en detrimento de la seguridad colectiva. Cuando te encuentras con comportamientos de ésta índole terminas por bajar la guardia. Los que habitan en los despachos aún estando en otra onda se arrogan la competencia, claudican a la presión y terminan por desacreditarte con sus decisiones. Da la sensación de que uno buscara constantemente el enconamiento. Así que ahora lo conveniente es fingir ser ciego, sordo y mudo debido a las circunstancias.
NOTA.- He tenido que ejercer la autocensura y quitar las fotografías que daban soporte a lo que escribo. Yo también deseo ser feliz, aunque últimamente me cuesta.
¿No hablamos de seguridad personal (EPIS), sino de seguridades colectivas?
ResponderEliminarEs lo que yo ví en las fotografías, BIES y extintores bloqueados por solucionar cuestiones de técnica escénica.
Actitudes a erradicar.