Cuidemos los detalles.

 No digo que ello vaya a minar la ilusión o fantasía de un público cándido. Tampoco creo que se pretenda alardear de algo, por el aspecto no se presta a ello. Ni tan siquiera pienso que se persiga cierta notoriedad, el escaparate de las vanidades. Seguro que no. ¿Acaso se trata de mostrar una instalación ejemplar? No lo parece. Pero ¿por qué ese ejercicio de impudicia? ¿Motivos técnicos? En absoluto. El estor se ajusta justo por encima de los objetivos de los proyectores y ya está. Solucionado. No sabéis lo que me jode ejercer de padre de técnicos que considero cualificados, y  son padres.

Pues si, así se dio función. La foto se hizo al finalizar.

Con el estore en su sitio.

Antzoki Zaharra-Teatro Principal