El director de la obra
insiste que el decorado tiene que ir justo ahí. Es imprescindible.
Si no el concepto de la historia se distorsiona. El iluminador se
alía y secunda la filosofía de que con los fotones él modela.
Producción no facilitó los pesos de la escenografía colgada porque
o no le parecía importante o lo desconocía. El jefe del teatro dice
que en su vocabulario no existe el NO por respuesta. Justo en ese
corte la infraestructura resulta insuficiente. Vale, el ancla no es
grande. Por suerte en el teatro hay un tramoyista que antes fue
arriero de asnos. Asunto resuelto.
¡OZU! ¡pa cagalse!
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