Ezezagunok (L@s desconocid@s) es un grupo de teatro formado en su gran mayoría por actores/actrices con discapacidad intelectual. En su palmares cuentan con dos obras de teatro, “El secreto de las cosas” y “La tía Juana”. Como es mucho el camino por recorrer hacía la integración ya tienen preparada la tercera,”Erase una vez en agosto” de José Blanco.
En el Antzoki Zaharra interpretaron dentro de la Muestra de Teatro Escolar “La tía Juana”, tragicomedia de Enrique Sainz Rojas. Llegaron al teatro sobre las 12:00 horas, para ir aclimatándose, conociéndolo y conociéndonos. En Mikel Fiz se perciben rasgos moderados de down que no le impiden ser un chico de su tiempo, él tiene un pendiente en la oreja y la marcha en el cuerpo. Bailoteo por todos los rincones del escenario, no para ni un momento de animar a los demás. Antes de que se preparen para los ensayos, vamos hablando. Rafa y Aritz me cuentan que hacen de guardia civiles y que a veces se lían al colocarse el tricornio, ¡es que menudo sombrerito! Rafa me dice que estuvieron en Vitoria con ésta misma obra, y que durante el ensayo, cuando tenían que salir a escena a bailar, se encontró de repente sin pareja. A Haritz le entró una necesidad de esas perentorias, personales, intransferible, irreprimible, y se ausentó sin que nadie lo notara. ¿Alguien sabe dónde está Aritz? Si. Yo lo he visto. Está en el water. Aritz se ríe y me dice que hoy eso no le va a pasar.
Empiezo a hacer fotos y siento que alguien llama en mi espalda.
- Hola. Yo me llamo Naiara. ¿Me das un beso?
Resulta imposible decirle que no. Y avanzando la mejilla, la misma petición, así durante varias veces. Es que Naiara vive en un universo de ternura extraño, olvidado para nosotros.
Jon, es tal vez, el que más abstraído se encuentra en su mundo particular. A voces, casi imperceptibles, mientras se mueven por el escenario, él inicia a brincos una cuenta de números que interrumpe para señalar en el aire sucesos invisibles para los demás.
Después de acabar los ensayos, ya por la tarde, antes de la función, una vuelta por lo viejo para tomar un poco el aire y estirar las piernas. A su regreso frente a la puerta de entrada al teatro, aparecen dos fans. Firma de autógrafos y posado a mogollón.
- ¡Oye! Tu mismo. ¿Ya nos harás una foto con tus compañeros?
¿Por qué no? Esto no será tan difícil- se pregunta Mikel Garmendia-.
Pero Mikel no se da cuenta de que está enfocando el objetivo hacía su cara. El griterío es unánime. ¡Así no! A lo cual responde Mikel –quitándole importancia- Si ya, pero yo también tendré que salir ¿no?
La representación va a comenzar. Apenas se les notan los nervios. Eso si, tienen casi una única preocupación, oye… ¿ha venido gente?
Ya metidos en faena, hay dos escenas dónde se les ve disfrutar. La de bailando bajo la lluvia, cuando despliegan los paraguas haciéndolos girar y en la manifestación contra la sopa. Pancarta en ristre y a vociferar, tiene que parecer de verdad ¡eeh!
¡No! ¡No nos gusta la sopa! ¡No a la sopa! La mani ha sido un éxito. Aunque de vuelta a casa para cenar les espera más sopa. Y es que ya se sabe, nada que hacer con una madre en plan patronal.
La función transcurre según lo ensayado, se están portando como artistas. Ahora viene el baile de la pareja de la guardia civil. Antes dejan las escopetas en el suelo, pero Aritz ha dejado al tun tun la suya y Rafa, que sabe de sus dificultades de movilidad, interrumpe el baile para retirar a su sitio el arma entorpecedora. ¡Ahora si! ¡Bailemos! Uff, nos miramos aliviados.
Mikel Garmendia que hace de rufián rico del pueblo, se resiste a la guardia civil más de lo acordado, así que Rafa comienza a mosquearse y termina exclamando a gritos -¡te quieres dejar detener ya! Es que Mikel le pone mucho entusiasmo, durante el forcejeo se le cayó la pistola y se escachó contra el suelo. Menudo disgusto tenía, un mafioso indefenso.
La obra remata con un video en el que se nos muestran los avatares de Ezezagunok Antzerki Elkartea, y con apoteosis final, cantando el aleluya. Entonemos todos el aleluya, porque al fin caminamos, hacía un teatro menos excluyente y un poquito más integrador.
Se intuye que ésta obra de teatro se ha ido haciendo con trozos de paciencia y perseverancia, pero también con un cierto grado de disciplina, de manera distendida, y cariño.
Mª A. Fernández, Mikel Fiz, Aritz García, Aritz Hernández, Mikel Garmendia, Miguel Kubat, Rafa Benítez, Naiara Oronoz, Maritere Anduaga, Pablo Altuna, Nekane Iturria, Jon Ibáñez y Anttón Anduaga se esfuerzan por ser aceptados con normalidad, por dejar de ser desconocidos y darse a conocer ante un mundo que les ignora. Ellos con su naturalidad, espontaneidad y trabajo, han decidido ir abriendo brechas de esperanza, y esperan encontrarnos a nosotros receptivos, siempre ahí.
El teatro les aporta mucho, ejercitan la memoria y retentiva, desarrollan la capacidad de atención, les ayuda a coordinar movimientos y a adquirir soltura en otros entornos, mejoran la vocalización y se relacionan fuera de su círculo de influencia.
Ha sido un gustazo tenerlos en el Antzoki Zaharra y esperamos volver a verlos con su nueva obra. A Miren, Ana, Luisma y Hugo va dedicado mi agradecimiento por haberlo hecho posible, por dedicar su tiempo en tan duro reto, por mantener la ilusión. Mi aplauso y felicitación, porque ellos pese a las dificultades y los momentos de bajón, no cejan en su empeño de ir construyendo paso a paso un mundo mejor.