07 diciembre 2011

Algo de seguridad en el teatro



El tema de la PRL en los teatros incomoda y dependiendo de según que situación suscita mucha controversia, seguramente porque nadie está dispuesto a renunciar a su papel de héroe. Se han dado varios casos en los que “técnicos de luces” de compañías teatrales se ofrecían a firmar no se que tipo de documento, eximiendo de cualquier responsabilidad al teatro que acogía su evento en caso de que tuviera un accidente, y todo ello para evitar ponerse el arnés y utilizar las líneas de protección de vida durante la dirección de focos. Ocurre que la ley (Ley 31/1995) delimita dicha responsabilidad a la empresa, a quien le corresponde suministrar y velar por el uso adecuado de EPIS, y en caso de accidente ante una omisión de cumplimiento del Plan de Prevención de Riesgos Laborales que posea el teatro, éste se encontrará incurso en causa penal.
Claro que todo es relativo.
Ejemplo (existe jurisprudencia al respecto); te facilitan la EPI y te informan que es obligatorio su uso para el trabajo que vas a realizar, (nadie va a ponerte una pistola en tu cabeza), tú pasas de todo le echas huevos y te subes a la escalera con tan mala suerte que te caes de ella y quedas parapléjico. En sentencia (por abreviar) el juez vendrá a decir que tú escogiste quedarte parapléjico. Ni que decir tiene que la mutua no correrá con ningún tipo de gasto y tampoco sufragará la pensión de invalidez.

Un técnico sin casco subido en una escalera que es movida en un espacio de reducida visibilidad, tiene bastantes posibilidades de golpearse la cabeza, alguna menos de quedar inconsciente y caerse de ella con resultados impredecibles, aunque no existe el riesgo cero. ¿Y que nos dicen las recomendaciones de los fabricantes y las NTP del INSSS? Que las ruedas de los andamios, genie y escaleras son para desplazamiento de esos mismos elementos, pero no de personas ni cargas subidas en ellas.

La EPI hay que llevarla durante el instante de exposición al riesgo que se pretende minimizar. Tiene poco sentido ir con calzado de protección durante toda la jornada laboral, si no vas a realizar ninguna manipulación manual de grandes pesos que puedan caerse y atraparte o pillarte el pie.
El calzado de seguridad está destinado a proteger al trabajador de una serie de riesgos laborales, pero también es capaz de crear efectos indeseables (dermatitis, eczemas, hiperhidrosis, fatiga, sobrecarga y distensión muscular, luxaciones, esguinces…) en la salud de los trabajadores derivados de su uso prolongado.

2 comentarios:

  1. Pues yo soy de los que pienso que aunque me huelan los pies, los hierros esos no me los quito por si acaso se cuela entre las carreras del peine un motor puntual de 1000kg, rebota contra una vara de luces le pega una hostia al mac-600 y se me cae encima el motor y el mac apachurrándome los pies sudaos....¡je.je..je!

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  2. Carabanchel-Módulo51210 de septiembre de 2012, 16:55

    ¡NENAZAS!

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