Desde el peine del Principal.

 Los peines de los teatros, son los lugares en altonanza donde se produce el vértigo y se maquina el artificio teatral para engatusar al espectador….los peines de los teatros pasan inadvertidos, incluso para las gentes que han convertido el teatro en su primera residencia habitacional….y es que los peines de los teatros se ubican en sitios inhóspitos, inaccesibles, sólo al alcance de unos cuantos himalayistas o usuarios de Zardoya Otis….aunque el autóctono genuino del peine es el tramoyista, aclimatado a ese biotopo tan singularmente olvidado...

...el entramado del peine y sus infraestructuras lo sustentan todo; tramoyas, escenografías, dispositivos eléctricos de iluminación escénica, pantallas de vídeo y cinematográficas, monitores de audio volados, proyectores de vídeo…. 

hay quien cree que el ser dueño de un taladro le autoriza a agujerear las carreras del peine y debilitar su estructura..ésta es una muestra, al peine lo apodamos gruyere....los que instalaron las líneas de vida se han ido satisfechos, ¡gran trabajo!

Motores Verlinde sumergibles...goteras para la eternidad...positivismo...piscinas infantiles...tramoyistas pluriempleados como socorristas...

IP65 para cableado eléctrico

pues si, la línea de vida Ok...pero es que sobre esa superficie se trabaja y se apoyan motores..

ojito con la instalación de tierras...en serio...veneramos al gremio de alumbradores teatrales...

¡Shsss!...no digáis nada...los pérfidos  tramoyistas, sustraen el aceite a los motores para freír huevos fritos con torreznos...cuando acabemos con este, vamos a por el siguiente....que aún queda panceta..

 Rato de presunto desvarío, ocasionado por la altura del peine en el que me encuentro:

 ...cuando asalariados con cargos y responsabilidades deciden instalar la felicidad en sus vidas, recurren al tacticismo antes de iniciar el estado de hibernación, mientras las instalaciones del teatro se deterioran convirtiéndolo en disfuncional….si tiramos de vademécum argumental para aletargar conciencias, el más manido suele ser el de preservar los valores identitarios del teatro, aunque ese no sea un sentimiento veraz.....ya no exponen la defensa patrimonial porque les precedieron otros hunos….el razonamiento contemporáneo que impera suele sostenerse en que la norma XYZ o la Ley ¼ de Ω nos amordaza….y así se persevera en la ineptitud y prevalece la inactitud.