Hay quien espera todo el año para empacharse de Zinemaldi, y hay quienes simplemente, en esas fechas, nos adentramos en la bruma guiados por la tenue luz otoñal, para atrapar sueños invisibles que nos permitan reemprender una nueva singladura.
No es un mal consejo. Concertar sesión en Silicon Valley.
Someter a un reset el Intel® Core™ que comanda el corazón.
Vaciar la flash memory de discrepancias contenidas, raptadas por el silencio, abocadas al pálpito de la inexistencia.
Y regresar convertido en clon.
Funcionar con software estandar de manera que pueda deambular sin sonrojarme, por un teatro, en el que con el consentimiento de muchos a pocos les importa que se haya transformado en una chatarreria.
Con el eximente de la crisis pero antes sin el ¿cómo se cambia el hardware instalado de la dejación, el olvido y la desidia sin que se cuelgue el sistema?
¡Imposible! No podrias. Tu eres un Braveheart.
ResponderEliminar:-)y así es como me gusta que seas.
Labor de zapa desagradable, pocos son los llamados a la batalla.
ResponderEliminarNo,no,no es la crisis ¿qué coño tiene que ver la crisis? Son los que fueron, estan los que estuvieron en situaciones pletóricas.¡imperdonable!
ResponderEliminarUna manera preciosa de decir que te marchas de vacaciones,Kar.
ResponderEliminarHuida de la ciudad glamorosa (te acompaño)¿?
ResponderEliminar¿ciudad glamorosa? las calles apestando a pises y las personas revolviendose entre sus propios vómitos y en los de sus vecinos de borracheras.Así es la noche donostiarra.
ResponderEliminarjajjajaja!!!!!!algunos no se quitan las acreditaciones del cuello ni para follar. ¿pasean con ellas por la ciudad para sentirse alguien? Si vierais el aspecto de palurdos que teneis.
ResponderEliminarKe bien suena el Bosch ¿o es black and decker?
ResponderEliminarya está aqui el zinemaldi....donosti en septiembre se llena de narcisos y narcisas y se convierte en la ciudad de las vanidades. Puaj....
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