Si empezamos simplificando el papeleo, conseguiremos varios objetivos, por un lado que los técnicos lean íntegramente el contenido de aquello que incumbe a su trabajo para mejorar la eficiencia, y por otro el nada desdeñable gesto de colaborar con la DIRECTIVA (UE) 2018/851 sobre economía circular.
En los comienzos de la década de los 90 era incesante la actividad en los teatros donostiarras (ballet, teatro, danza contemporánea, festivales, operas…), y también la de alquileres (juntas de accionistas de banca, pases de moda, concursos). Se contrataba a caché los mejores espectáculos y compañías que giraban por el mundo. No recuerdo que existiera ningún departamento autodenominado de producción, tan sólo un par de mediadores en dos disciplinas (técnica y organizativa). No trato de idealizar, tan sólo expongo el contexto porque he conocido los diferentes períodos y por lo tanto convivido con otros referentes para comparar con el actual.
Conviene ser magnánimo y metafórico, así que sintetizando mucho debo deciros que el equipo de la postmodernidad ha sucumbido en la abstracción banal, seguramente a causa de la ceguera de tanta purpurina dorada respirada desde la platea.
Mismo modelo, pero sin desparramar los folios
Os puedo asegurar que contiene información irrelevante y que faltan datos esenciales |
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