En
más de una ocasión ya hemos tratado el tema…..vuelvo a ello…..hay
espectáculos que por decisión artística, creativa o vaya ud a
saber la razón, alguien, a veces ajeno al departamento “artístico,
creativo” decide que cargar el ambiente con partículas de humo,
aporta cierta estética favorecedora para la obra o ayuda a
comprenderla…..no seré yo quién en esta ocasión me enfrasque en
una discusión contraria, y esfuerzos me cuesta, pero no…...¿qué
criterios marcan la cantidad, densidad de partículas que ha de
contener el ambiente? ¿quién lo decide?…...¿no marcamos ningún
limite? ¿quien y cómo se decide el grado de desprotección del
lugar de pública concurrencia al anular los dispositivos de
detección de incendios?…...en otro orden de cosas….el objetivo
de las partículas de humo es reflejar el espectro de las ondas de luz, marcar los haces
de las fuentes de luz en la búsqueda de una determinada estética…..esas reflexiones espectrales ocasionan también efectos
indeseables, ningún recogimiento en escenas intimistas o no que lo precisen, revela si existe, el desorden de las fuentes de luz y enfatiza una mala dirección-enfoque…..el
humo no desaparece de manera inmediata, así que tendremos ambientes
de luz incontrolados y fuera de contexto, además de luz contaminadora en la sala
perturbando la escena…..sólo cuando se alcanza la emisión de partículas óptima, de un modo controlable, se podrán lograr haces de luz que persiguen obtener belleza, sin adulterar el lenguaje de la historia que se quiere trasladar.