Hangouts
en tono incrédulo acerca del mundo clerical y su parafernalia
escenotécnica...de modo que ahí va una segunda entrega; los
trabajos de Anthony Millerd para St-johns-lutheran-church.
Ya
quisieran algunos de nuestros ensalzados teatros contar con un
equipamiento similar para conciertos. ¿El mejor gestor de teatros? deja que lo piense... ¿un reverendo?
Mañana
mismo me hago luterano, eso si, en América.