11 enero 2013

Regiduría. Cuaderno 2º


Regiduría

CAP.II. Breve historia de la regiduría

Por último estaban las plazas de tercera categoría, que si en las de segunda al Segundo Apunte le costaba un mundo presentar la escena, en éstas le era casi imposible, pero casi siempre dolía resolver con éxito estas grandes dificultades.

Para terminar este apartado, habría que decir que para el trabajo que realizaba en aquellos momentos el Segundo Apunte debía de tener unos conocimientos importantes sobre los estilos de los muebles y complementos más usados para la escena y también disponer de un conocimiento de las armas que eran propias de cada época.

Todo esto hacia, que si el Segundo Apunte conseguía salir airoso en una gira, se le iba valorando más y más, su cotización subía y la seguridad de tener un trabajo mejor y de forma continuada era mayor. Era una época en la que tanto para el Primer Apunte como para el Segundo Apunte había mucho trabajo, había muchísimas compañías de teatro pero lo interesante era conseguir entrar en una de las principales, había compañías de primera categoría (también llamadas compañías titulares), y compañías de segunda y tercera categoría. Las de primera o titulares estrenaban siempre en los mejores teatros de Madrid o Barcelona y en las mejores fechas para el teatro e iban a provincias en verano, también buenísimas fechas; aparte llevaban menor repertorio (con lo cual el trabajo del Segundo Apunte se simplificaba bastante).

Las compañías de segunda categoría también solían estrenar en Madrid o Barcelona, pero normalmente en teatros menos importantes y en peores fechas, tampoco solían conseguir ir a provincias en las mejores temporadas y el repertorio era mayor respecto a las de primera categoría.

Por último, las compañías de tercera categoría solían estrenar en plazas no muy importantes, hacían las giras fuera de temporada y cuando venían a Madrid o Barcelona era en verano, que era el peor momento para teatro en esas ciudades y en esa época; el repertorio era aún mayor que en las de segunda categoría, por esta razón el trabajo del Segundo Apunte en estas compañías era mayor, y encima se cobraba menos.

Como información adicional, respecto a las compañías de teatro, decir que solían llevar un cuadro de actores y actrices completísimo y que según su edad o especialidad, se les denominaba más o menos así:

LA DAMA O PRIMERA ACTRIZ: Actriz que por su prestigio y por sus características especiales o por su buen hacer, desempeña siempre los principales papeles protagonistas femeninos.
LA SEGUNDA: Actriz que desempeñaba papeles secundarios, normalmente era la oponente de la Dama o Primera Actriz y solía hacer de mala.
LA ACTRIZ DE CARÁCTER: Actriz de cierta edad.
LA CARACTERÍSTICA: Actriz de cierta edad, pero menor que la Actriz de Carácter.
LA DAMITA CÓMICA: Actriz que desempeñaba papeles de simpática y graciosa.
LA DAMITA JOVEN: Actriz que desempeña papeles de inocente, sencilla y pura, aunque no necesariamente interpretada por una actriz joven.
EL PRIMER ACTOR: Actor que por su prestigio y por sus características especiales y por su buen hacer desempeña siempre los principales papeles protagonista masculinos.
EL SEGUNDO: Actor que desempeñaba papeles secundarios, normalmente era el oponente del Primer Actor solía hacer de mano, no siempre.
EL ACTOR DE CARÁCTER: Actor de cierta edad.
EL GENÉRICO: Actor mayor, capaz de adaptarse a todo tipo de papeles.
EL GALÁN JOVEN: Actor de cierto atractivo, que siempre intenta conseguir a la damita.
EL GALÁN CÓMICO: Actor que desempeñaba papeles de simpático y gracioso.
ACTORES Y ACTRICES DE REPARTO: Conjunto de actores y actrices que desempeñaban papeles de todo tipo y no de mucha importancia, a veces incluso hacían de relleno.

A veces a pesar de llevar ese amplísimo cuadro de actores y actrices pasaba que a la compañía le faltaba un actor para completar el reparto de alguna obra del repertorio y se le pedía al Segundo Apunte, por favor, que hiciese un papelito, y éste por favor o por un módica suma que acrecentaba su nómina, lo hacía sin el menor temor al ridículo.

Cambiando de tema, se va a hablar de la iluminación de la época, mencionar que eran básicas la batería y las diablas. La batería es una serie de luces (normalmente las bombillas que conocemos de toda la vida) colocadas en línea y en la parte anterior del escenario (la más cercana al público donde termina la corbata es decir, al borde del escenario), según los teatros, tenían de una a tres fases, si eran tres, una era con bombillas de luz natural, otra se filtraba con azul y una tercera filtrada en amarillo, rosa o rojo. La diabla es una fila de luces colgadas de una vara que se ocultaban de la vista del espectador mediante bambalinas, la planificación de colores para las diablas que, según la capacidad del escenario, podían ser de entre tres y seis normalmente, era la misma que para la batería. Como refuerzo estaban las llamadas paellas, que consistían en un pie de hierro, a veces extensible para conseguir distintas alturas y que se remataban con un cajón también de hierro, en este cajón se colocaba una bombilla de 500 o 1000 W. que se podía filtrar y se utilizaban para iluminaciones laterales, partes bajas de un panorama, forillos de ventanas, puertas, etc.

En las plazas de estreno los eléctricos del teatro se encargaban, por supuesto del montaje, incluso, aun no existían los diseñadores de iluminación, éstos eléctricos, normalmente el jefe junto con el director, hacían el diseño de la iluminación del espectáculo, pero cuando se salía de gira, y como aun no se llevaba material eléctrico y cada teatro disponía de esas baterías, diablas y paellas, el Segundo Apunte era quien se encargaba de estos menesteres y de instalar timbres, pantallas, lámparas etc. junto, naturalmente, con los eléctricos de cada teatro.

Cuando se salía de gira, las compañías sólo llevaban como equipo técnico al Primer Apunte, al Segundo Apunte y al Maquinista y para llevar todo lo que se refiere al papeleo llevaban al Representante. No se puede omitir hablar de él (hoy día se le podría comparar con el jefe de producción de cualquier empresa pública o privada), persona de confianza de la empresa que manejaba todo el dinero, cuidándolo más que si fuese suyo, culpable de todo lo malo que pasase y nunca gratificado por las cosas buenas que sucedían, era el encargado de conseguirlo todo y en las mejores condiciones posibles y aunque los consiguiese la empresa siempre consideraba que podría haberlo hecho mejor. Se encargaba de conseguir los mejores precios para cada uno de los montajes a la hora de comprar o alquilar los elementos técnicos, y normalmente lo conseguía. Por otro lado, también tenía la virtud de conseguir que los sueldos de los artistas no fueran lo suficientemente altos como para perjudicar los presupuestos del empresario, así como de conseguir las mejores fechas para estrenar en las ciudades importantes y las mejores plazas en las giras y en las mejores fechas; también se hacía cargo de los billetes de tren, transporte más utilizado en aquella época, así como de que todos los componentes de la compañía viajasen en la clase que les correspondía por su categoría profesional. Se encargaba de repartir los camerinos de acuerdo a las exigencias de los artistas, así como de pagar, de hacer las nóminas y de preparar los anticipos semanales, ya que muchos componentes de la compañía no podían esperar al lunes, normalmente día de cobro, y los jueves solicitaban un anticipo de la nomina, en fin, se encargaba de todos. El Representante, era una importantísima figura del engranaje teatral en esos años y en los venideros.


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