30 diciembre 2009

Deseos de futuro


Se inicia un nuevo año, cargado de expectativas.
Hacemos promesas…
que algunas veces cumplimos.
Doce meses para vivir, llenos de oportunidades
y buenos deseos.
Se necesita un instante para borrar los malos momentos.
Ya está.
Feliz 2010 a tod@s. Sin excepciones.
Y es que el tiempo se muestra implacable.
De este año no pasa…

25 diciembre 2009

Todo puede estar contenido en un pedazo



0:30 de la madrugada. Trazo éstas líneas en el autobús de regreso a casa, después de asistir a un sofoco de motín a bordo, provocado por un tipo que emitía sonidos nasales. Pasajeros en busca del espíritu navideño, con los nervios crispados, y es que desde Madrid hasta Donostia son demasiados ronquidos para soportarlo.
Vengo de ver el espectáculo Botánica en el Teatro del Canal (Sala Roja).

Algo mágico sucede con Momix. Quien vea cualquiera de sus obras, le harán mella, se quedará ya enganchado para siempre. Ésta compañía americana ha logrado romper el cordón umbilical por el que se retroalimentaba un restringido núcleo de adictos a la danza contemporánea, democratizándola. Ha conseguido que jóvenes, adultos, familias, jubilad@s, mujeres y hombres, se acerquen a los teatros a respirar el olor a linimento.
Momix conecta con la gente, con los no eruditos en danza, porque utiliza con acierto el lenguaje de la belleza. Si la danza es pariente de la poesía, entonces Botánica, está compuesta por versos coreografiados.

Una visión del espectáculo:

Las estaciones se van sucediendo en un baile imperecedero, que afianzan la vida tal y como la entendemos. En ese trayecto por los ciclos de la naturaleza, asistimos a una eclosión de lo desconocido, pero también de mundos invisibles, en los que animales, plantas, insectos, fenómenos mitológicos, metereológicos, desfilan ante nuestros ojos acercándonos a una irrealidad improbable.

El comienzo:

Una rosa blanca aparece misteriosamente proyectada sobre el telón de boca, al subirse, la imagen se traslada a una gasa que cubre un ciclorama en el fondo del escenario. La flor inicia entonces un viaje hasta desaparecer en el horizonte. Esa rosa nos arrastrará por la pureza de un sueño, del que no querremos despertar.

(Sedas blancas y ventiladores se utilizan como elementos escenográficos para construir un océano). El mar embravecido donde las olas acunan la fantasía, tiene rostro y cuerpo de mujer. Van surgiendo de las profundidades marinas y se dejan morir en vertientes infinitas donde se hospeda el olvido. En un lugar de azul resplandeciente sobrevuela el albatros custodiando un cielo de inmensa soledad.

Lo que sigue:

Una rampa espejada, simula la lámina de agua brillante remansada que queda impregnando la arena, cuando las olas se retiran a coger nuevas fuerzas. En la cresta de esa rampa una única bailarina, tumbada, desarrolla la coreografía (Atracción) en tres visiones diferentes, la de su cuerpo real, el reflejado por el espejo y el de su sombra generada. Un tesoro regalado, labrado y repelido por el mar. Contorsiones inducidas por la asfixia de una atracción descubierta a pinceladas, en los charcos salitrosos que quedan en la arena. La coreografía concluye de una manera misteriosa. Dejándose caer lentamente desde lo alto de la rampa, el cuerpo dividido en dos mitades simétricas, una la natural y la otra virtual, su parte reflejada, desapareciendo para volver al reposo de su tumba en la arena.

Con una leve bocanada de humo nos llevan a un viaje alucinante por la prehistoria. Surge una mujer montada a horcajadas, en la grupa, sobre la desnudez ósea de un dinosaurio. Se trata de un romance inconfesable. Ella se fija en un cavernícola que descansa recostado sobre una piedra viva. El triceratops sucumbe ante sus instintos, ataca a su “amada” y termina por devorarla. La escena es soberbia. Su terrible violencia se manifiesta en toda su crudeza mediante la música, empleando unos subgraves brutales, atronadores, cercanos a propiciar el infarto, parecía que el corazón iba a salirse disparado.

Un ciempiés humanoide se transforma, va disgregándose, hasta formar una manada de centauros que conviven y rivalizan por un mismo territorio. Al fondo la epidermis de unas hojas arropa un baile de claveles rojos metamórficos. Debajo de un cielo azul intenso, deslumbrante, salpicado por nubes algodonosas, los girasoles mecidos por el sol, sestean al calor de la fantasía.

Unas bailarinas absolutamente solas bailan en compañía de sus dobles electrónicos. Esto es posible porque una cámara captura sus movimientos, para ser proyectados sobre el ciclorama en tiempo real. La luz estroboscópica fracciona el movimiento, lo detiene y descompone los detalles en ocasiones imperceptibles. El video se acomoda en la danza y logra que nos preguntemos acerca del tránsito entre el mundo conocido y el virtual.
Imágenes de crisantemos. Se mueve un bailarín con un envarillado cubierto de tejido de seda asido a la cintura. Va conformando diferentes formas, video y luz hacen el resto. Brota una cala gigantesca de color nácar, y una mariposa multicolor con las alas replegadas en oratoria, de colores iridiscentes, liba el néctar con el que crear una nueva vida.

Mención especial:

En la segunda parte de la función (yo vi más danza), hubo una coreografía que fue la que a mí más me impactó. Música de piano. Una bailarina solitaria con algo similar a un collar circular elástico, compuesto por una sarta de cuentas como las de un rosario. Danza de lágrimas adormecidas en un burka, telaraña tejida con gotas de rocío invernales, rehenes de nostalgias.


El final:

En un cielo gris se abre un claro oscuro en él, se filtra un rayo de luz por el que penetran nuevas esperanzas. En la espuma desecha de las olas varadas yace una rosa blanca. La marea arroja para los saludos los cuerpos de l@s bailarin@s y el oleaje se los lleva en retirada. ¡Magistral!

Deformación profesional:

No creo en ello, pero suelen decir que las personas que trabajamos en teatros, somos incapaces de disfrutar del espectáculo cuando nos sentamos en el patio de butacas. Que prestamos poca atención al contenido artístico, que sólo estamos pendientes de cuestiones técnicas. No es del todo cierto. Lo técnico por proximidad nos resulta más familiar, de ahí que el logro y los defectos se perciban de inmediato. En una primera ojeada.

La danza, el espectáculo, Momix, se merecía una mejor cámara negra, o al menos una cámara negra. Ni tan siquiera la que utilizaron en el teatro del Canal era de terciopelo. El color negro descolorido, grisáceo. Las costuras de las patas eran muy evidentes, como las que tienen las patas de baja calidad. Patas arrugadas. Un tubo de lastre viéndose, asomando de entre la vaina. El doblez sobrante de la primera pata a vista del público durante las dos horas de función.

Un bocadillo tensor del ciclorama viéndose. La proyección de vídeo mal encuadrada, manchando bambalina. Mal cierre de la americana, entreabierta, por detrás se notaba la luz de pasada y los movimientos de colocación escenográfica.

La coreografía con luz negra (barra de linestras en boca, estilo candilejas), sorprendente, inaudita. Haber si me explico:
No suprimieron la luz azul de balizamientos de la sala, ni anularon luces de emergencias.
En otro teatro, no diré el nombre para evitarme nuevos problemas, alguien hubiese hecho prevalecer un supuesto interés artístico por encima de cuestiones de seguridad pública. Alguien habría sido incapaz de garantizar el cumplimiento de la legislación vigente, alguien habría ordenado eludir aspectos del plan de evacuación, porque en su vocabulario aparece como inadmisible la palabra ¡NO!




20 diciembre 2009

Se prohíbe pensar


La inmediatez de la navidad araña en mi corazón, ni siquiera me afecta el expolio de los textos expuestos en el Antzoki Zaharra. Sólo me incita a contarlo.

El año agoniza y no me agrada revolver en asuntos infames, los considero de escaso interés, máxime si van en segundas entregas, pero la terapeuta me lo aconseja, de modo que incido por mera prescripción facultativa, sometido al dictamen de su receta médica.

No consigo descifrar lo que ocurre en la mente de alguien capaz de declarar hostiles, los textos del post que aparecen como censurados (adjunto enlaces).
Tampoco me importa demasiado.
Este tipo de comportamientos que algunos asociáis a la inmadurez democrática de extraños jóvenes inquisidores, en el estudio de la neuropsiquiatría, se vinculan con el síndrome de la neurona atrófica, vulgarmente conocido por podredumbre neuronal.
Yo sin embargo, creo que hay que perderse en la sinrazón de lo complejo, y si la ruindad fuera consustancial a la pobreza intelectual, entenderíamos mejor el nexo entre un acto de pazguatería iracunda y los arrebatos de perversidad. Tal vez de éste modo se explicaría por qué a ciertas personas, no todas, les puede perturbar lo que escribo.




LINKS A LOS TEXTOS MALVADOS



Diseñadores de sombras

El teatro

Farándula



14 diciembre 2009

Liberar la desesperanza


Me llama Esther.

- Kar. Que nos vamos a la prisión de Martutene.

Desde siempre los dos hemos sido algo, bueno, muy rojillos. Pero hoy no meten a nadie en la cárcel por serlo ¿no? Ni tampoco por escribir en un blog que desagrade a algunos.

- ¿Qué? Pero si yo ya no soy ni tan siquiera ecologista radical, sólo un poco vegeta. ¿Pero eso no es delito verdad?
- No, no. Que nos ha salido un bolo en Martutene.
- ¡Ahh! ¡Oye Esther! ¿No será arriesgado?
- ¡Que va Kar! Lo peligroso es tener un blog como el tuyo.
- ¡Vale! ¡Vale! ¿No estarás pensando llevar “Versos con faldas”? Mira que nos crujen a palos.
- Ojalá pudiera. ¿Te imaginas? Un espectáculo de poesía social en la cárcel.
- ¿Entonces? ¿Mejor las desventuras de Matilde Etxezarreta? Dan más juego.
- Si, si. Por cierto Kar, me tienes que dejar el DNI, piden una copia para poder entrar.
- Bien. ¿Tengo que dar también la matrícula del coche?
- No. Aparcamos en el pueblo y con los bártulos andando.

Llegamos en un día desapacible al penal de Martutene, fustigados por la lluvia, cerca de la media tarde.

- A ver ustedes, ¡documentos! Si hacen el favor.

Vaya, como se nota que han cambiado las cosas. Derroche de cortesía.

- Entonces. ¿Así que son ustedes los del teatro?
- Pues si señor. Nosotros somos.
- ¡A ver qué es lo que hacen! ¡No nos los subleven! Espérense a que el funcionario venga para llevarles al salón de actos.

Según nos vamos adentrando, se van abriendo verjas con barrotes, cada movimiento es registrado por las cámaras. Se oye algún que otro grito de protesta reivindicativa y aporreos sobre las puertas de acero de las celdas donde aún permanecen recluidos. Ponen a nuestra disposición presos con inquietudes culturales, que se ofrecen, creo, voluntariamente a ayudarnos.
El lugar de representación es una sala desvencijada, azulejada de blanco, con el piso de cemento ocupado por bancos de madera en alineación militar. Instalamos y chequeamos el equipo de música, dejamos todo dispuesto para la actuación y damos un garbeo por los sitios permitidos. El entorno me pareció desolador. Es como en las pelis pero en cutre. Unos cuantos presos políticos entretienen el tiempo jugando a pala en el frontón. Es la hora de “suelta” de presos. Todos salen de sus celdas envueltos en un murmullo atronador. Regresamos a la sala y sorprendemos a un tipo fisgando, revolviendo en el baúl del atrezzo, con los ojos desencajados mirando un sujetador (la obra es de humor, provocadora).
Van llegando las presas desde el módulo de mujeres y el guirigay se desboca. Las hormonas se les disparan, en el ambiente se respira a dopamina.

- Esther. Esto va a ser todo un reto.
- Bueno. Tranquilo, si es necesario improvisamos.

Se me acerca una presa. - ¿Y tú por qué estas aquí?
- Yo. Por el teatro ¿Y tú?
- Lo mío es más normal. Por ser pobre y tener que robar.

Comienza el espectáculo, todavía huele a serotonina, prefieren ocupar la hora que dura la función para el ligoteo. Esther capta la situación y como es una actriz camaleónica, con infinidad de recursos, lo resuelve fácilmente haciendo una función más interactiva. A pesar de que la cárcel les ha hundido en el escepticismo, siguen la trama con interés, apenas ya interrumpen. Para el que está encerrado entre muros y rejas, participar de una obra de teatro debe ser como encontrarse ante un soplo de libertad, tener la ocasión de dejar vagar la imaginación fuera de las angostas paredes que les oprimen cada día. Nuestro propósito es que durante una hora olviden su cautiverio y que puedan sentirse en ese breve lapso de tiempo, personas libres.

Estamos recogiendo para irnos, y la misma presa de antes felicitándonos, nos dice una frase conmovedora y terrible.

- Volved. No dejéis que nos maten los sueños.

13 diciembre 2009

Extraña libertad de expresión


Creerme que lo siento, no es mi intención, pero parece que vamos a terminar peor el año. A ver si consigo explicarlo. A uno de mis jefes, de los muchos que tengo, le preocupa que coloque los textos con algunos artículos light publicados en el blog, por el pasillo de camerinos del teatro donde trabajo. Como la idea no le satisface ejerce el derecho que le asiste de mandar quitarlos. Si analizamos de una manera simplista lo sucedido, podríamos pensar en la reencarnación de Bernardo Gui o en herencias censuradoras. Otra explicación menos drástica contemplaría como probable, el silenciar la opinión diferente a la hegemónica. Estas mismas palabras por enjuiciadoras serían precisas acallar. Si adoptáramos una actitud correcta, conveniente, de beneplácito, diríamos que incluso pueden asistirle razones en la prohibición, por considerar los artículos ofensivos, de contenido inapropiado, por entender que vulneran el respeto debido o indebido, por ver en ellos expresiones soeces, por parecerle que empleo un lenguaje escandalizante, por aborrecer la sintaxis procaz, o temer que puedan constituir la puerta de acceso a un blog que le incomoda.

Bueno como yo soy parte del asunto y por lo tanto todo cuanto diga es subjetivo, dejo aquí los links y que cada un@ juzgue por si mism@.

Artículos Censurados





Bailando Sueños






Nómadas en el camerino


Arte efímero



04 diciembre 2009

ZORIONAK DENORI

Hubo un tiempo en que el teatro y la danza, fueron un maravilloso vínculo, para llegar a lo más recóndito del corazón de la gente. Por aquel entonces, físicos, lampistas, carpinteros, eléctricos, tramoyistas y maquinistas, trabajaban de un modo invisible en fosos y telares, construyendo fantasías. Ahora que ese mismo espíritu habita en vuestra memoria, no lo abandonéis nunca, porque con él ayudaréis a crear utopías fascinantes, donde se refugien los sueños y esperanzas de las próximas generaciones.

Desde aquí quiero tributar un recuerdo, a todas aquellas personas que de manera anónima, con su esfuerzo diario hacen posible que el teatro, se transforme en un lugar de encuentro con las emociones, los sueños, los pensamientos y la libertad.

Gracias por compartir con nosotros vuestras ilusiones y por acercarnos un poco hacía la felicidad.




02 diciembre 2009

Impás


Razones no le faltaban a Celaya cuando escribía que “apenas se nos deja decir quien somos” o que “la poesía es un arma cargada de futuro”. Puede haber motivos para el positivismo, pero paradójicamente en los tiempos que corren, la libertad hay que reconquistarla cada día. Aunque este blog no surgió con una vocación clara de erigirse en trinchera de combate de causas personales, existen acontecimientos que sin pretenderlo, lo han avocado en ocasiones a ello. En la medida de mis posibilidades, consciente de que resultará difícil, procuraré enmendarme. Si escribir es combatir con el arma más poderosa jamás inventada, la palabra, es porque hay quien encuentra en ella un valor oculto que a veces no tiene. Y entre tanto desparrame de intenciones debo deciros que desearía ser más prolífico, menos monotemático, sin embargo algunos sentimientos mandan, se imponen de manera incontrolable. Para complicarlo aún más, un nuevo cambio de destino laboral hace cisco mi vida particular y ahoga a mi tiempo libre, pero estoy convencido porque es mi deseo, de que ésta sí sea una situación pasajera.