17 mayo 2009

La lluvia amarilla


Si ya la novela de Julio Llamazares era excelente, la obra teatral no se queda a la zaga. El drama de la despoblación rural mostrado de un modo que logra cercenarnos la yugular. En Ainielle un pueblecito del pirineo aragonés, aguarda a la muerte su último habitante. Este lugareño nos ira narrando las vidas de otros habitantes ya desaparecidos del pueblo, que lo fueron abandonando o murieron en el, y nos encontraremos ante los desvaríos de su mente causada por la soledad.

La escenografía simbólica, adecuada, descriptiva, junto con una estupenda luz, consigue un ambiente lúgubre, mohoso, austero. Música envolvente, no enlatada, de cuencos y campanas tibetanas, y el maravilloso sonido de un instrumento hindú, el shruti. La retroproyección de imágenes a través de una puerta derruida donde van llamando los recuerdos y se suceden las estaciones. No se nos escamotea nada, todo son sensaciones para los sentidos. El entarimado cruje al caminar, el agua salpicando el barreño y arropado por el fuego, el puchero bulle humeante, oloroso, e impregna la sala del teatro. Todo es, lo más parecido a la vida. En algún momento, una lluvia amarilla de hojas otoñales tiñe el paso del tiempo y oculta la memoria. ¿El texto? Desgarrador.

Dos días de función. El primero, 172 personas. El segundo, apenas 40. Sobre un aforo de 500 localidades. ¿Qué debemos hacer para ser capital de algo?
Los que estábamos dentro del teatro, no nos sentíamos raros. Si diferentes. Está claro que la gente escoge lo insustancial, las banalidades y aborrecen pensar.

Un apunte técnico:
Es la primera vez que veo focos rasantes en la corbata, a la vista “delante” de los morros del espectador, que pasan desapercibidos. ¿Y cómo se logra esto? Pues, creando ambientaciones tenues, que el resto de la iluminación no delate su presencia. ¿A que parece sencillo? Y ¿por qué casi nadie lo hace?

3 comentarios:

  1. Pues con otro actor que tenga más registros, que no suelte las frases a la carrera, seguro que la obra mejora.

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  2. jo..me los quitao de la boca. yo conozco a uno que trabaja en tv,y que a ratos tamien en los teatros, que cuelga focos pa reventar,y que le importa tres güevos que se vean, para el lo importante es alumbrar, es más, yo diría que lo hace a posta, que se vean, pa que sepan lo bueno que soy. ¡hala! a bañar de luz todo el teatro, pa que nadie se duerma.

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  3. YO ESTUVE EL SABADO EN EL TEATRO. HABIA LEIDO LA OBRA MARAVILLOSA DE LLAMAZARES, PERO NO ME GUSTO LA INTERPRETACION. DECIA TODO DE CORRIDO, SIN APENAS SENTIRLO. EL TONO DE VOZ ME RESULTO DESAGRADABLE PERO EL MUSICO ESTUVO ESTUPENDO.ME DIERON GANAS DE ACERCARME AL CAMERINO PARA DECIRLE AL ACTOR QUE NO HABIA SABIDO PONERSE EN EL PAPEL DE ESE ULTIMO HABITANTE DE AINIELLE EN EL MAGNIFICO TEXTO DE JULIO LLAMAZARES.

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